Hace apenas unos 5 años que soy consciente de lo que implican las creencias que tuve sobre mi mismo. Me refiero siendo empresario dentro de la Economía y los mercados, también dentro de nuestra planta industrial, una imprenta. Lo que esto significó para otros desde las relaciones que yo cotidianamente producía. Mis privilegios y cómo estos se asociaron directamente a las quejas de clientes, fallas productivas, renuncias unas tras otras. Creo que esto se parece bastante a la convivencia que sospecho resisten la mayoría de las organizaciones mientras nunca se conversan ni visibilizan.

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Tengo enorme responsabilidad dentro del sistema productivo y

con el tipo de funcionamiento que aprendemos, sin darme cuenta era parte de aquello que me quejaba. Imaginen que mi formación de ingeniero sucedió en Alemania (1990-1995) y jamás me hablaron de esto.

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Y no es de extrañar, pues formas de hacer Economía hay una sola, algo que no puedo seguir apoyando. Esta creencia de antaño no está

funcionando para todos. Por eso confío en que podemos aproximarnos distinto, comprender nuestras organizaciones como lo que siempre fueron, tremendos espacios humanos, inabarcables. Elegir hacerlo es un privilegio y habilitó posibilidades sin precedentes en nuestra industria. Permítanme compartirles cómo sucedió este proceso en mi vida empresarial y personal. Les dejo el enlace en el botón naranja.